GR-36 / GR-7 / GR-33

GR-36 / GR-7 / GR-33


Todo empezó en el año 2005. Nereida leyendo un libro de GR,s y PR,s: “uy, pues aquí se podría unir el GR-36 con el GR-7, luego el GR-33 y la vía Augusta y quedar una bonita ruta”. En el 2009 se lo comenta a Oscar G: “uy que chuli, esto se podría hacer. Hay que poner fecha, 1-2-3 de febrero de 2010”. En Noviembre se comenta con el resto de ubeadventure: “podríais hacer un trocito”, y ya estaba el LIO MONTADO.

Se empiezan a mover los hilos de la logística y poco a poco el grupo se hace más grande. Al final somos:
Andarines profesionales - Oscar G, Nereida y los alcorinos, Silvia y Adrián.
Andarines amaters - Rafa, Carlos, Ana, Miguel, Rubén y Nacho.
Andarines aficionados - Oscarín, Fermín y Alfonso.
Logística - Ana y Araceli.
Oscar M. no pudo venir pues la última semana estuvo enganchado de la espalda en la cama, pero ayudó en la organización los meses anteriores y dando apoyo por teléfono todos los días, mañana y tarde.

Y al final llegó la fecha fijada.

Rubén lleva a los 4 profesionales a Villavieja. Reunión en el bar, antes de salir, donde los parroquianos no se creen lo que van a hacer “estos”. Salida a las 22:10 con luna menguante y temperaturas previstas de -3 ºC. Llegan a Eslida a las 2:00, llevan algo de retraso. Silvia empieza a pasarlo mal, ha tenido fiebre y dolor de muelas y los medicamentos dejan de producir efecto. En Aín los alcorinos deciden parar y esperar que alguien los recoja, son las 4:00. Nereida y Oscar G continúan a buen ritmo y frío.

Por otro lado, recogida de los amaters. Rubén nos informa que en Aín están Silvia y Adrián. Como llevan algo de retraso decidimos pasar a saludarlos. Llegamos a Aín y empieza la búsqueda. Por supuesto, en este pueblo la tecnología punta no funciona, ni movistar, no vodafone, ni na de na. Los encontramos en la cabina de teléfonos de una sola puerta y un tablón de chapa del vecino. Sólo tienen una manta térmica. Los saludamos, les damos más mantas, cojines, comida y un hasta luego… nos faltó ver la cara que debían poner cuando nos íbamos, por no decir los pensamientos. Llegamos a Torralba del Pinar a las 7:00, con temperaturas entre 1º y -3º C y algo de hielo en el camino. Llamada por teléfono para preguntar por donde están, respuesta lógica, “en el monte”, ni idea de lo que falta ni la hora de llegada. Visita al pueblo en 2 minutos, ver que el bar está cerrado y al coche que hace frío. Comemos algún pastelito, cristales del coche empañados, árbol de navidad y comentarios cachondos: Ana y los 7, que habrán pensado los de Alcora cuando nos hemos ido dejándolos allí, quien sale a ver si el bar está abierto…. Llega el camión de la basura y se para detrás de nosotros, pensarán que hay una pareja en el coche de orgía, y si salimos los siete, jajajaja…y sólo Ana, uyuyuy….

Los andarines nos llaman. Llegarán sobre las 8:30, hace mucho frío y el rocío deja el monte totalmente blanco. Les toca correr para evitar las congelaciones. A las 8:00 todos fuera del coche. Hay que ir a recoger a los de Alcora. A las 8:45 abre el bar y antes del café a encender el fuego de la chimenea con soplete. A las 9:00 llegan los andarines tras 42 kms y empiezan los comentarios, las vivencias de cada uno, el avituallamiento,….
Mientras voy a por Silvia y Adrián, una llamada a Ana contando lo sucedido y ella mueve todos los cables de la logística para que todo salga rodado (Araceli, Oscar, Fermín, la cafetería).

Llego a las 9:00 a Aín y allí siguen, en la cabina. Silvia casi no puede moverse, no siente los pies. “¿Vamos al bar?. No, no, al coche calentitos. Y vuelta a Castellón con 25º C en el coche, calefacción a tope y yo con el polar, ufff… 10’ de conversación y caen rendidos de sueño.

Tras el café el grupo de andarines sale de Torralba dirección a Montanejos, 18 kms por delante, buen ritmo y conversación animada entre todos.

Llegada a Castellón, “¿un café?, no, no, déjanos dormir.”. En la cafetería nos ponemos al día de todos los acontecimientos. Recogemos los coches y para Montanejos, a ver si van a llegar antes que nosotros y no estamos.

Llama Manolo Goterris, otro incondicional de los acompañamientos logísticos, que viene a almorzar.

Llegada a Montanejos con algún que otro mareo por la curvas. Acercamos a Silvia y Adrián hasta San Vicente, pues tienen el coche allí y quieren ir a casa a dormir calentitos en su cama. Despedida y esperando volver a verlos en algún otro acontecimiento.

En Montanejos, al bar a esperar a los andarines y al momento llegan: saludos, como ha ido y bocadillos que hay apetito. Son las 12:30 y más de 60 kms para unos y 18 kms para otros.

Tras el correspondiente carajillo, salimos 11 hacia San Vicente. Dejamos el GR-36 y empieza el GR-7 (de Tarifa al Peloponeso…¿se podría hacer?...habrá que estudiarlo). Son las 13:30.

Ana, Araceli y Manolo se van de ruta turística, ya les toca. Los estrechos, el pantano, La Pobla de Arenós, Olba y sus puentes, el abuelo que se pone a hablar más de 20’ y no saben como cortarlo… Más tarde, Manolo (perfecto conocedor de la zona y buen guía turístico), se vuelve a Burriana y las chicas a San Vicente a preparar el recibimiento a los andarines. Tras unos buenos kms, llegan a la casa rural y empiezan su particular calvario con el dueño de los apartamentos: la calefacción apagada, los termos del agua caliente apagados, no hay cubiertos (ni brasileñas), no han puesto las camas supletorias así que dos tendrán que dormir en otro apartamento sin calefacción y un largo etc. Al final consiguen que encienda la calefacción del tercer apartamento y algún que otro cubierto (lo de las brasileñas ni de broma).

Mientras tanto los 11 monte arriba y monte abajo y empiezan los ánimos. Llevamos más de 1 hora y según los profesionales sólo 3,2 kms, según los amaters casi 5 kms y los aficionados, ilusos, lo menos 10 kms y el pueblo detrás de esa montaña de delante. Seguimos con animada conversación y llegamos a La Artejuela, el pueblo hippy. Continuamos el camino a buen paso, con bonitos paisajes de pinares y cortados. El camino es intransitable para las bicis, la transmaestrazgo se pone cada vez más negra. Tras muchos sube y baja llegamos a la carretera de San Vicente en unas 3 horas. Se empieza a animar la cosa, que si una carrerita para abajo, un pino, ¿valen los sprints?... y comenzamos a sentir hambre, el caldito con las pelotas (llevo más de un mes escuchando lo de las pelotas), el famoso lomo de San Vicente (humm que rico). Y al final aparece el pueblo al fondo, unas cuantas fotos y a seguir. Para Ignacio se le empieza a hacer largo, lleva casi 7 horas de caminata, y Miguel le da el apoyo moral para llegar.

Al final llegamos a nuestro destino. Son las 17:30, para unos casi 19 horas de recorrido y 82 kms, para otros unas 8 horas y 34 kms y el resto casi 4 horas y 14 kms. Todo ha salido bien, contentos con la llegada, Ana y Araceli nos esperan en la calle con los brazos abiertos.

Una vez ocupada la casa rural nos ponemos al día de todo lo acontecido. Comemos y bebemos, duchas con agua “templada”, etc. Carlos, Ana, Fermín y Nacho tienen que bajarse a trabajar (será una noche muyyyy larga). Los bajamos a Montanejos con la idea de pasar por La Artejuela, pero se ha hecho de noche. Por la carretera se ve que tienen luz, ya no viven con velas, ¿será verdad lo del “plus”?. Nos despedimos y vuelta a nuestro campo base.

Cuando llegamos están todos duchados, cambiados, las habitaciones repartidas, calefacción en el apartamento de abajo, la sopa hecha y comida, “pues ahora hay que ir al bar a cenar que nos esperan” y nadie pone pegas, todos al bar con bastante frío. San Vicente tiene una bonita plaza mayor porticada y fachada de la iglesia parroquial. Nos presentamos en el bar dando recuerdos de Florencio que nos ha facilitado la mayoría de teléfonos y puesto en contacto con la gente del bar. Para cenar, lo típico del pueblo, morcilla, longaniza, lomo, cordero….todo bien, animada conversación y no parece que el cansancio haga mella en nadie. Cerramos el bar y creo que incluso el pueblo, no se ve a nadie, hace demasiado frío. Reunión de pastores en el comedor y empieza el desfile para irse a dormir, mañana hay que levantarse temprano y queda mucho, hay que descansar. Unos dormirán bien, otros menos, unos con piedrecitas en la cama, otros con la cama toda llena de manchas, algún afortunado con las sabanas de Harry Potter…. y finaliza nuestra primera etapa y sin darnos cuenta empieza la segunda.

A las 5:30 toque de campana para todo el mundo, incluso Ana y Araceli que nos acompañan en el desayuno. Es 3 de febrero, San Blas y el santo de los Oscares ¿y de Rubén?. Felicitaciones. Tras el desayuno, preparamos las bolsas y bien tapaditos salimos a la calle, que frío, a moverse rápido que nos congelamos.

Son las 6:20 de la mañana. El suelo está blanco del rocío y nuestros pies crujen en la tierra. Los profesionales llevan luz, aquí ya incluyo a Miguel, y los demás no, pero entre todos y la luna menguante se hace bastante fácil el andar. Para los tres monstruos es habitual el andar así, pero los bikers nos miramos y nos reimos: “¿qué hacemos allí?; los coches que pasan deben alucinar; si esto lo hubiéramos pensado hacer unos cuantos años antes creo que todavía nos estaríamos riendo. Bueno, seguimos por el GR-7 que nos lleva a saltar varios pastos de ganado, que no deben estar esperándonos, y cruzamos varias veces la carretera. Parece que la persona que pintó en su día este tramo del GR debía llevar alguna copita de más.

Caminando, caminando llegamos a la ermita de San Bartolomé al despuntar el alba. El cuadro que nos ofrece la cúpula de la ermita, el pico de Peñagolosa detrás y el amanecer es de postal. Pequeña visita a la ermita, recogemos agua y continuamos. Al partir de aquí el primer rayo de sol toca la tierra y la convierte en un manto blanco. El frío se hace intenso y nuestros pasos son un continuo crack, crack. Continuamos el paso y el sol empieza a calentar. Cerca de las 8:30 vemos ya Villahermosa. Es curioso, o al menos para los neófitos, pero cuando ves un pueblo, parece que está ahí al lado, que ya llegas y te cuesta de 15 a 30 minutos de caminata. Llegamos a las 9:00 y tomamos un café. Como llevamos algo de retraso avisamos a Ana que llegaremos a las 12:30 a San Juan.

Por otra parte, Ana y Araceli siguen con su particular penitencia con el dueño de la casa. Tenía que ir a primera hora a cobrar y vaciar la casa, pues según él venía otro grupo a ocuparla. Al final tienen que llamarlo para que aparezca para pagarle. Recogen, traslado de la mesa del comedor con dolor en las espaldas, y al final consiguen partir. Se les ha hecho tarde por lo que hoy no van a poder hacer ruta turística. Al menos en Villahermosa ya han estado y suben a Puertomingalvo. Esté también lo han visitado varias veces, la última con compañía y mucha agua (ver puerto a puerto). Se toman un café, pues no les da tiempo para más y se dirigen a Vistabella por la carretera, la pista está intransitable. Incluso la carretera tiene zonas de hielo, tienen un día de poca tranquilidad.

Mientras tanto los caminantes empezamos el ascenso por el río Carbo. Una llamada me recuerda que es mi cumpleaños, ¿cuarenta qué?, lo dejamos en cuarenta que ya estoy cansado de cumplir años. Felicitaciones y continuamos río arriba. El río lo tenemos que cruzar varias veces depiedraenpiedra y cuidadín que la última piedra está suelta y podemos tener un festival. Varias veces cogemos altura teniendo el río en el fondo y lleno de cortados y verde, otras veces estamos junto al río, que en alguna pequeña cascada incluso tiene témpanos de hielo. Llegamos a un puente de madera, junto a un molino, y empieza una buena subida donde Miguel comienza su recital de ritmo en la subida. Poco a poco llegamos a una zona de grupos de masias, de San Juan o de Carbo. Nuestras cabezas empiezan a pensar como debió ser la vida allí hace menos de 100 años. El paisaje del primer día fue bueno, lleno de bosques, pero el de hoy está siendo extraordinario y lo que va a venir a partir de ahora hasta Chodos es excepcional. En la subida nos encontramos con cabras montesas que nos miran desafiantes, este es su terreno. Una se planta en una piedra y parece una foto de Félix Rodriguez de la Fuente. Seguimos cuesta arriba y empieza a verse los primeros montones de nieve/hielo. En un buzón hay una libreta donde la gente escribe sus rutas. Escribimos lo que están haciendo Oscar y Nereida. Si alguien lo lee no se lo creerá o pensarán que están locos. Y como no, continuamos subiendo. Ahora llega una pista ancha con fuerte desnivel y Miguel continúa con su paso firme. Estoy seguro que puede unirse al grupo de Oscar G y Nereida. Y al final llegamos a la cima y vemos San Juan al fondo, que ganas de beber una coca-cola y comer algo.

Ana y Araceli llegan a Vistabella y con gran acierto compran pan, jamón, queso y cervezas. Deciden comprar una tarta de cumpleaños (no se como se han enterado) y mueven tierra y aire pero no lo consiguen. Creo que no queda una sola tienda en el pueblo que no hayan entrado a preguntar. Cogen el coche y se dirigen a San Juan. Nosotros hace 5’ que hemos llegado y no hay cobertura. A ver como hacemos señales de humo para que sepan que estamos aquí cuando aparecen. Tenemos una gran alegría al verlas, pero no es comparable cuando empiezan a sacar el jamón, el queso, el pan, el tomate, el aceite y no te digo nada cuando nos dicen que tienen cervezas, y si no que se lo pregunten a Rafa. Hasta los gatos que nos acompañan se alegran, pues alguno “pilla” una loncha de jamón del bocadillo de Rubén. De regalo se llevarán alguna que otra pelota congelada.

A la 13:00 volvemos a iniciar la marcha con buen ánimo y el estómago lleno. Aquí abandonamos el GR-7 y cogemos el GR-33 que es el que recorre la MiM.

Ana y Araceli se quedan un ratito a tomar el sol, es el descanso del guerrero después de haber llevado un día sin parar, lleno de prisas y haber hecho bien su trabajo de avituallamiento.

Nosotros seguimos por el Gr, cuando unos por otros, con la confianza que da el conocer el terreno, nos equivocamos de camino. El monte está todo blanco de nieve. Como la pista está hacia la izquierda, seguimos en ese sentido y nos encontraremos con ella. Y empieza nuestro particular “vía crucis”. Una loma arriba, un barranco abajo, otro fuerte rampa arriba,…¿volvemos a bajar? Y la pista que no aparece. Ahora, eso si, el paisaje inmenso, lleno de nieve que se hunde bajo nuestros pies. Para los bikers, el estar perdidos es una situación normal dentro del ubeadventure, pero para los andarines no les sienta nada bien, se están mojando los pies y estas laderas monte arriba les están cargando los músculos y les puede pasar factura con lo que aún les queda. De todas formas se lo toman con filosofía, según el GPS están atajando. Al final aparece una caseta y con buen criterio se decide seguir la pista que lleva hasta ella. A algún sitio tiene que parar. Al final aparecemos en un claro conocido y una cadena, la del más de xiquetetes. Hace unos cuantos meses, fue aquí donde se empezó a tomar en serio está ruta. “En vez de tres días, dos; quien puede ir algún trozo a probar; el apoyo…” Era en la excursión a por setas en Noviembre, por cierto, todas venenosas.
Seguimos la pista y al final llegamos al pla de la creu. La moral sigue alta, el GPS continúa diciendo que estamos atajando. Cogemos la senda del marinet y bajada hacia Chodos. Al final llegada a Chodos, cuesta arriba como siempre, a las 15:30.

Para Rafa, Miguel, Oscar, Rubén y yo ha llegado nuestro final, cerca de 8 horas y media de caminata y unos 34 kms. Nos damos mucho más que satisfechos por haberlo acabado. A Oscar G y Nereida todavía les queda 50 kms por delante, uffff.

Ana y Araceli han estado descansando al sol y con el chorrito de agua de la fuente se han quedado dormidas, llevan un buen día.

Nos reencontramos todos en la fuente, sitio ya habitual de nuestras correrías y fotos. Todos a comer al bar, los que tienen que continuar les da igual llegar a las 2:00 que a las 4:00. En el menú hay macarrones, ¿también se va a convertir en algo habitual de nuestras ubeaventuras?. Conversaciones, alguna que otra llamada, a mi me da el bajonazo físico y mental, ¿la MIM?, 30 kms más, imposible. No se como Oscar G. y Nereida serán capaces de levantarse de la mesa sabiendo que les quedan 50 kms. Y llega la hora del café y va y apagan la luz del bar: “ya nos echan, que tarde se ha hecho”, y aparecen con una tarta de queso y las velitas de 40 años. No se que cara se me ha quedado, peor el cuerpo por dentro no veas. Gracias a todos.

Y llega la hora de salida, ¡¡¡y se levantan los dos, sin más!!!!, y salen entre aplausos y ovaciones. Nosotros nos quedamos, un cubata y a charrar, y empiezan a salir ideas, que si una subidita al pico de Peñagolosa, con torrada incluida, para poder llamar a Albero, Manolo G, y toda esa gente que no puede venir y también nos apoyan a su forma. Tras los cubatas, cogemos el trolebús, 7 y las bolsas, para volver a Castellón, pasando por Useres. Nada más cruzar el camino de San Miquel de Torrecelles, Rubén recibe una llamada, los andarines acaban de pasar por allí. Llevan un ritmo impresionante, se nota que han dejado el lastre. Llegada a Useres y Rubén se queda en su coche con los restos de avituallamiento. Despedida y esperando volvernos a ver en otra aventura. Al final, cerca de las 20:00 llegamos todos a Castellón. Abrazos, despedidas, todos cansados pero contentos y hasta la próxima.

Mientras tanto, Oscar G y Nereida siguen su particular peregrinación. Llegan a las 21:00 al coche de Rubén y como decía Nereida hace algún tiempo, ese coche ahí era una gran tentación. Al final, deciden bajar con coche hasta Castellón, descansar y al día siguiente acabar la ruta.

Al día siguiente, Oscar G no puede salir. Pero en su mente está acabarla, incluso bien organizada, piensa hacerla toda de un tirón. Seguro que lo conseguirá.

Nereida si que parte en coche hasta Useres. Hoy hace un día de perros, todo el día lloviendo. Pero no le importa y realiza el tramo que le falta desde Useres hasta Borriol. Allí finaliza su trayecto, pues ahora piensa ir en bici desde Borriol hasta Villavieja por la vía Augusta. También estoy seguro que cualquier día leeremos en su blog que este último tramo ya lo ha cubierto y habrá cerrado ese círculo que había pensado en el 2005.

Los acompañantes, tanto del primer día como de los dos, nos lo hemos pasado en grande, genial. Todo ha salido bien y ha tenido un buen final. Ya tenemos otro pequeño recuerdo para contar. Por mi parte, siempre recordaré mi 41 cumpleaños.

Oscar M. te debemos una.